Siguiendo con la reflexión política del país, el autor analizó la historia española nombrando claro está, a la dictadura a la que fue sometida España durante 36 años. Después de este periodo, empezó lo que conocemos como democracia. Antonio García Trevijano en cambio, opina que las dictaduras degeneran oligarquías y no democracia, ya que el poder supremo es ejercido por un reducido grupo de personas que pertenecen a una misma clase social. Tambíen opina que la soberanía no existe, el pueblo no la tiene ni nunca la ha tenido e insiste en que no tiene entidad como concepto.
Siguiendo con la crítica al sistema político español, añade que en los gobiernos sólo hay corruptos e imbéciles. Opino que a lo que se refiere es que en este momento es tan fácil la corrupción que el político que no lo aprovecha, es que es imbécil.
Alejándonos un poco de la política española, se adentra en la historia de la francesa, nombrando claro está la Revolución Francesa. Así habla sobre la verdad de este hecho histórico, distinto al que cuentan los libros de texto y que según él, fue simplemente una cadena de casualidades originadas por un grupo de marginados de la época y trabajadores que van a la Bastilla a por armamento por orden del Ayuntamiento de París. Esta fue la primera vez que se utiliza la palabra Revolución. El papel de la mujer es muy importante, ya que fueron ellas quienes organizaron la primera marcha o manifestación.
Al final de la presentación, anima a los jóvenes presentes a que no voten por objeción de conciencia y que la juventud sea más libre que sus padres.
A la pregunta: ¿Cree que el sistema político puede a cambiar?; el autor responde con mucha seguridad:
"Al sistema político lo vamos a cambiar nosotros".
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