Ahora relacionemoslo con la filosofía de Epicuro, creador del hedonismo. Esta teoría pone como meta en la vida el placer y la felicidad. Las personas pueden encontrar la felicidad, pero la buscan en el sitio equivocado, como por ejemplo: buscar la felicidad en una botella. Epicuro opinaba que debemos disfrutar de las cosas sencillas y tener una actitud positiva ante la vida. Tenemos que descubrir nuestras necesidades, y calcular con sensatez los placeres. El problema es que no sabemos que nos hace felices. Por ello, intentamos encontrarla con bienes materiales, el consumismo o con un refresco como nos animan en el anuncio.
La felicidad no se encuentra con tener mucha ropa, con comer la mejor comida, con beber el mejor refresco. La felicidad no se consigue nunca con el consumismo, que nos ata y nos quita libertad. Con las cosas pequeñas de la vida y con los amigos si que podemos encontrarla. Disfrutando del día a día, de una forma positiva ante la vida y en compañía de nuestros amigos, así realmente somos felices.
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